Hoy quiero invitarte a hacer una pausa. Quiero proponerte un regalo diferente para estas fechas: la paz mental de quien no juzga el camino antes de llegar al destino. En este artículo, vamos a explorar cómo vivir una Navidad sin etiquetas, aprendiendo a no clasificar inmediatamente todo lo que nos pasa como «bueno» o «malo».
¿Me acompañas en esta reflexión?
La trampa de las etiquetas inmediatas
A menudo, nos encontramos atrapados en nuestras propias interpretaciones de la realidad. Las festividades navideñas, con todas sus luces y esperanzas, pueden intensificar sentimientos de frustración si las cosas no salen «perfectas» o como las habíamos planeado.
Nos apresuramos a etiquetar un evento como una desgracia o un éxito rotundo, sin darnos cuenta de que nuestra visión es limitada. Para ilustrar esto, quiero contarte una historia muy antigua, un cuento chino que encierra una sabiduría inmensa para estos tiempos modernos.
El anciano y los caballos: Una lección de vida
En un pequeño pueblo vivía un anciano muy querido por su templanza y sabiduría. Un día, ocurrió algo que el pueblo entero consideró una tragedia: sus yeguas, asustadas por una tormenta estruendosa, escaparon del establo y huyeron hacia las montañas.
El anciano se quedó sin su medio de subsistencia. Sus vecinos, llenos de pena, fueron a visitarlo lamentándose: «¡Qué desgracia! ¡Maldita tormenta! ¡Qué mala suerte tienes!».
Ante todo ese drama, el anciano respondía con calma:
—Puede ser, puede ser.
Él no sabía si lo ocurrido era bueno o malo; simplemente prefería esperar a ver cómo seguía la historia.
Poco tiempo después, llegó el invierno y ocurrió lo inesperado: las yeguas regresaron. Pero no volvieron solas; venían preñadas y acompañadas de caballos salvajes. De repente, el anciano se vio enormemente beneficiado.
El pueblo, voluble como suele ser la opinión pública, cambió de parecer al instante: «¡Qué buena suerte tienes! ¡Bendita tormenta aquella!».
Y el anciano, sin inmutarse, repitió su mantra:
—Puede ser, puede ser.
¿Por qué sufrimos por anticipado?
Esta historia nos demuestra cómo el sufrimiento muchas veces nace de nuestra reacción compulsiva ante las apariencias.
La historia continuó. El hijo del anciano, al intentar domesticar a los nuevos caballos salvajes, sufrió una caída terrible, fracturándose un brazo y varias costillas. Nuevamente, el pueblo gritó: «¡Qué desgracia! ¡Malditos caballos!». Y nuevamente, el anciano respondió: «Puede ser, puede ser».
Semanas después, estalló la guerra en la región. Todos los jóvenes fueron reclutados para ir al frente de batalla… todos, menos el hijo del anciano, quien se salvó por estar convaleciente de sus fracturas.
Aplicando el «Puede ser» a tu Navidad
¿Te das cuenta del poder que tiene esta pequeña frase? En el corazón de esta temporada, la enseñanza del anciano tiene un significado profundo.
La Navidad es un tiempo de gratitud y fe, pero también de incertidumbre. A veces enfrentamos pérdidas, soledad o cambios de planes que nos duelen. La invitación que te hago hoy es a adoptar una perspectiva más amplia.
En lugar de juzgar inmediatamente tus circunstancias actuales como terribles o maravillosas, intenta decirte a ti misma: «Puede ser, puede ser». Esta actitud:
- Te libera de la carga: No tienes que interpretar todo ya mismo.
- Te abre a la esperanza: Permite que los eventos, incluso los que parecen desafortunados, revelen su propósito o traigan bendiciones inesperadas con el tiempo.
- Te da serenidad: Te ayuda a mantener la paz ante cualquier giro de la vida, tal como lo hacía el anciano.
Un libro para fortalecer tu «Yo» interior
Para acompañarte en este proceso de soltar el juicio externo y las etiquetas, el libro recomendado para este mes de diciembre es «Atrévete a ser quien eres (Aunque no gustes)» de Walter Riso.
Vivimos en la era de los «likes», pendientes de la aprobación ajena. Pero para crecer, necesitamos ser libres interiormente y actuar según nuestros propios valores. Recuerda que sobre ti, solo tú decides y mandas. Si sientes que no encuentras tu lugar, este libro te enseñará que tu lugar en el mundo está en ti misma.
¿Necesitas apoyo para gestionar tus emociones?
Si sientes que la incertidumbre te sobrepasa, o si la ansiedad y la tristeza están tomando el control en estas fechas, no tienes que transitar este camino sola.
La terapia es un espacio seguro para aprender a abrazar la incertidumbre y sanar. Si te animas a hacer un proceso de terapia conmigo, tengo disponibilidad para acompañarte. Anímate y aparta tu espacio hoy mismo.
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Gracias por permitirme ser parte de tu camino. Recuerda, ante lo inesperado: Puede ser, puede ser.