Muchas veces comenzamos un propósito con entusiasmo, pero a medida que pasan los días la motivación se debilita y sentimos que perdemos el rumbo. Lo cierto es que cumplir un propósito no depende únicamente de fuerza de voluntad, sino de aprender a conectar con lo que realmente queremos y de cultivar estrategias que nos permitan sostener el camino con paciencia y constancia.
La primera estrategia es hacerlo por ti. Antes de comprometerte con una meta, pregúntate si nace de tus propios deseos o de las expectativas de los demás. Es muy común asumir objetivos que no nos pertenecen y luego sentirnos frustrados cuando no logramos mantenerlos. Cuando un propósito va en consonancia con tu bienestar, con lo que te emociona y te llena de ilusión, entonces se convierte en un motor que te impulsa a seguir adelante incluso en los momentos difíciles.
La segunda estrategia consiste en empezar con pasos pequeños: A veces caemos en la trampa de pensar que debemos dar pasos gigantes para sentir que avanzamos, y esa presión termina paralizándonos. Lo más efectivo es dividir el objetivo en pequeñas acciones posibles de sostener en el tiempo. En mi caso, cuando decidí retomar mi podcast en diciembre del 2024, o intenté escribir guiones largos ni grabar varios episodios en un día. Comencé con lo mínimo: un guion sencillo, una estructura práctica y la disposición de sentarme a grabar. Ese pequeño esfuerzo diario se convirtió en un hábito que me permitió progresar sin sentirme abrumada.
La tercera estrategia es celebrar cada paso. No importa lo pequeño que parezca el logro, cada avance merece ser reconocido. Cada vez que logro completar una tarea, me tomo un momento para reconocerlo: escuchar una canción que me gusta, compartirlo con mi familia o simplemente darme una pausa para agradecer. Esta práctica puede hacer diferente el camino, porque me recuerda que no se trata solo de la meta final, sino de valorar cada momento del proceso.
Finalmente, es fundamental ser flexible y compasivo/a contigo. No todos los días tendrás la misma energía ni todas las semanas saldrán como lo planeaste. En lugar de exigirte más de lo que puedes dar, escucha tu cuerpo y tu mente. Ajusta lo que sea necesario y sigue adelante desde la comprensión, no desde la culpa. Aprender a tratarnos con amabilidad nos da la fortaleza para mantenernos constantes sin caer en la frustración.
RECUERDA:
- Vive cada proceso de tu vida desde el amor propio y paciencia.
- Entiende que cada paso, cada celebración y cada ajuste son parte de un camino que te permitirá crecer y avanzar.
- Cada esfuerzo cuenta, y lo más importante es que no tienes que recorrer este camino solo o sola.
Si quieres seguir profundizando en reflexiones como esta y encontrar más estrategias prácticas para tu vida, te invito a escuchar el podcast Vivir en Armonía, un espacio pensado para inspirarte, motivarte y acompañarte en cada paso de tu crecimiento personal.