El autor inicia este libro conversando sobre cómo: Cuando nos enfrentamos con malas noticias, personas difíciles o decepciones de cualquier tipo, la mayoría de las personas pueden reaccionar según ciertos hábitos en particular ante la adversidad.
Reacciones como aferrarse con demasiada fuerza a cosas, objetos, actitudes y por lo tanto estar ciego a las puertas, a las oportunidades, solo centrarse en los aspectos negativos. Estas reacciones no solo pueden hacer que te sientas frustrado/a sino que también se convierten en obstáculos para conseguir lo que quieres.
Pero existe otra manera de relacionarse con la vida. Esa otra manera implica el reemplazo de los viejos hábitos de reacción por unos nuevos hábitos de perspectiva. Comenzando con dos reglas para vivir en armonía:
- No sufras por pequeñeces
- Todo son pequeñeces
En este libro el autor nos comparte algunas estrategias para reaccionar con mayor serenidad ante la vida, quiero compartirte algunas de las que más llamaron mi atención:
- No sufras por pequeñeces: A menudo las personas se alteran por cosas, que luego que pasan y cuando las examinan con atención se dan cuenta que no era tan grave como las pensaban. Por ejemplo, puede que un desconocido te cierre el paso en el tráfico, en lugar de olvidarte de esto y seguir tu jornada laboral te convences de que tu enojo está justificado. Representas en tu cabeza un enfrentamiento imaginario con esa persona o sigues durante todo el día conversando con todo el que puedas sobre lo que pasó. ¿Por qué perder todo el día dándole importancia a eso? ¿Esto te ayuda verdaderamente? qué tal si en vez de dedicarle tanto tiempo a enojarte y sentir ira, TRATAS de sentir compasión por esta persona, o recuerdas que esa persona tendrá con sus actos sus consecuencias y también evitas tomarte de forma personal los problemas de las demás personas.
- Haz las paces con la imperfección: La necesidad de perfección y el deseo de paz interior están en conflicto. Siempre que las personas se empeñan en tener una cosa de una cierta manera, mejor de lo que ya está, se hallan casi por definición trabados en una batalla perdida. En lugar de sentirse contentos y agradecidos se empeñan en ver el lado negativo y en la necesidad de corregirlo. Aquí el punto es que aprendas a no enfocarte demasiado en las cosas negativas, que comprendas que, aunque las cosas pueden mejorarse, eso no significa que no puedas disfrutar y apreciar lo que tienes. La solución es que te detengas cuando caigas en el hábito de insistir en que las cosas deberían ser diferentes de cómo son y que te recuerdes que como están también están bien.
- Toma conciencia del efecto de bola de nieve de tus pensamientos: Una técnica muy eficaz para transformarte en alguien más plácido es tomar conciencia de con qué rapidez pueden escapar de tu control los pensamientos negativos y de inseguridad. Por ejemplo: imagina que despiertas en medio de la noche y recuerdas que tienen que hacer una llamada telefónica al día siguiente. A continuación, en lugar de experimentar alivio por haberte recordado algo tan importante, empiezas a pensar en todo lo demás que tienes que hacer mañana, y esto continua y continua hasta que sientes lástima de ti. La solución es prestar atención a lo que está sucediendo en tu cabeza antes de que los pensamientos tengan oportunidad de adquirir impulso alguno. Cuando antes te des cuenta de hacia dónde van tus pensamientos más fáciles podrás parar esa bola de nieve mental. Volvemos al ejemplo: concéntrate mejor en estar agradecido de haberlo recordado, en lugar de centrarte en lo abrumador que es y todas las cosas que tienes pendiente.
- Desarrolla el sentido de compasión: La compasión es un sentimiento de amor que implica la voluntad de dejar de centrarse en uno mismo y pensar en los apuros o la ayuda que necesitan otras personas. Las personas también tienen problemas, sufrimientos, frustraciones tal como nosotros. La compasión se puede desarrollar a través de la práctica de la voluntad y la acción. La voluntad que significa acordarse de abrir el corazón a los demás, de ver sus necesidades y la acción es lo que haces al respecto de esas necesidades que identificaste en las personas, tal vez una persona cerca de ti necesita ser escuchado y valorado.
- Cuando mueras tu carpeta de cuestiones pendientes no estará vacía: Muchas personas viven la vida como si el propósito secreto fuera lograr acabarlo todo. Se acuestan tarde, se levantan temprano, evitan divertirse y hacen esperar a sus seres queridos. Y ahí viene el convencimiento y la obsesión por la lista de cosas por hacer y pensar que es solo transitoria y que una vez que se haya cumplido estarás sereno, relajados y felices. Pero esto raras veces sucede así, cuando tachas las cosas de esa lista, las reemplazas por cosas nuevas. Y la frase esencial para entender esta estrategia es: El propósito de la vida no es en absoluto conseguir hacerlo todo, sino disfrutar de cada paso en el camino.
- No interrumpas a los demás ni acabes sus frases: Este hábito no es destructivo sólo para el respeto y afecto que recibes de los demás, sino también para la gran cantidad de energía que se necesita para intentar estar dentro de dos cabezas al mismo tiempo. Esta tendencia de interrumpir impulsa a los dos interlocutores a acelerar el habla y el pensamiento, constituye la causa de muchas discusiones. Un ejercicio que puedes hacer es presta atención a tu comportamiento cuando alguien está hablando contigo, de verdad lo escuchas o están pensando cómo responderle. Si descubres que esto es lo que haces, llego el momento de tomar acción ¿Como? haciendo silencio, escuchando palabra por palabras, que al principio tal vez no es fácil, pero con la práctica lo puedes hacer.
- Deja que los otros se lleven la gloria: Hay algo mágico que sucede al espíritu humano, una sensación de serenidad que se apodera de ti, cuando dejas de necesitar que toda la atención se centre en tu persona. Esa necesidad excesiva de atención proviene de esa parte egocéntrica dentro de todos que dice: MIRAME, SOY ESPECIAL, mi historia y lo que yo hago es más interesante que la tuya. Cómo comenzar a hacerlo: La próxima vez que alguien comparta una historia contigo o algún logro, Fíjate si tienes la tendencia de decir algo acerca de ti mismo como respuesta, es decir que inmediatamente respondes con logros tuyos. En esos momentos di simplemente “Eso es fantástico” “Por favor cuéntame más” y déjalo ahí no abundes, no agregues el “Yo también hice lo mismo”. Claro que hay momentos en que ambos pueden compartir experiencias, aquí a lo que nos referimos es a la necesidad impulsiva de arrebatársela a los demás.
- Deja de buscar tener la razón: Y aquí te hago una pregunta ¿Quieres tener razón o quieres ser feliz? Tener la razón siempre o defender tu posición, requiere de un enorme esfuerzo mental y a menudo causa enemistades con las personas que forman parte de tu vida. Sin embargo, muchas personas gastan una enorme cantidad de tiempo y energía intentando demostrar que tienen la razón y que los demás se equivocan. Quienes lo hacen a menudo son objetos de resentimiento por tener ese hábito de corregir a los demás y claro las personas lo evitan. Una estrategia maravillosa y cordial que te puede convertir en alguien más plácido y afectuoso consiste en la práctica de dejarle a los demás la alegría de tener la razón, de llevarse la gloria. Cuando alguien diga “Realmente pienso que es importante” en lugar de saltar y decir “No, no es más importante” limítate a dejarlo correr.
Por estas actitudes y hábitos que he ido mencionando es que tantas veces nos ahogamos en un vaso de agua, maximizamos las cosas y las llevamos a una escala que solo la creamos nosotros y gastamos tanto tiempo y tanta energía.
Cómo ultima estrategia de esta primera parte del resumen aquí esta la numero 9:
- Se más paciente: Claro que para ser una persona más plácida y afectuosa necesitamos ser pacientes. Es decir, aprender a aceptar las cosas tal y como son en lugar de insistir en que tienen que ser como a ti te gustaría. Hacerse paciente implica abrir el corazón al momento presente, aun a pesar de que no te guste. Si te encuentras en medio de un atasco de tráfico o llegas tarde a una cita, abrirte al momento significaba detenerte en el proceso de hacer una bola de nieve y recordarte con amabilidad que puedes relajarte.
Espero que este pequeño resumen del libro No te ahogues en un vaso de agua de Richard Carlson te inspire, ya sea para:
- Seguir cultivando una vida de serenidad si ya estás en ese camino.
- O para reflexionar sobre la importancia de tomar las cosas con calma y con más sentido crítico,
- O para dar los primeros pasos en aprender a soltar y no dejar que las pequeñas cosas te abrumen.
Recuerda, cada día es una nueva oportunidad para respirar, pausar y elegir cómo queremos vivir nuestras vidas.
Te recomiendo leer este libro 100%. Lo puedes encontrar aquí: No te ahogues en un vaso de agua de Richard Carlson